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Combustible ecológico


Combustible ecológico

Existen diferentes combustibles ecológicos. Todos ellos son renovables o son desperdicios revalorizados.

Combustible ecológico

Existen diferentes combustibles ecológicos.

La electricidad generada mediante energías renovables está llamada a ser uno de los combustibles ecológicos del mañana, alimentando coches eléctricos que dejen de lado los combustibles fósiles.

También hay quien apuesta por los biocombustibles, aunque usados en grandes cantidades han mostrado dar problemas. Hasta ahora, los biocombustibles de primera generación, en los que muchas grandes empresas apostaron fuerte, utilizaban granos de cereales principalmente. El brusco aumento en la demanda de esta materia vegetal, alimento básico para muchos en los países en vías de desarrollo, condujeron a un correspondiente aumento brusco del precio de estos alimentos básicos, lo que condujo a revueltas ciudadanas. Además, para ampliar la producción de maiz, trigo etc, se hacía necesario crear nuevos campos de cultivo, lo que implicaba una deforestación que no le hace ningún favor al freno del cambio climático. Estos dos motivos combinados, el aumento del precio de los alimentos y la deforestación, mostraron pronto que un uso masivo de de los biocombustibles a partir de vegetales digamos 'vírgenes', no era viable. Lo que sí están haciendo muchas empresas, aunque eso supone un producción mucho menor, es recoger el aceite usado de comedores y cocinas comunitarias para fabricar biodiésel con él. Éste sí que es un combustible ecológico, dado que se trata del aprovechamiento de un residuo, aunque está limitado en su uso.

Como solución a este problema, se está investigando en el desarrollo de biocombustibles denominados de segunda generación, que se basan sobre todo en el uso de las algas para producir biodiésel.

Otra opción de combustible ecológico es el biogás, generado a partir de la fermentación de residuos orgánicos. Está siendo muy utlizado sobre todo en granjas, puesto que los empresarios matan dos pájaros de un tiro: por un lado, se liberan de un residuo cuya eliminación les cuesta dinero. Por otro lado, ese residuo les está generando un beneficio adicional. La fermentación produce un gas llamado metano. En este punto, existen dos posibilidades: o bien el metano puede usarse directamente para generar electricidad mediante combustión, o puede, tras un tratamiento, inyectarse en la red nacional de gas natural. Esta última posibilidad está ahora mismo siendo poco utilizada, pero llama mucho la atención que es un gigante de la energía como EON quién está llevando a cabo proyectos experimentales de este tipo.

Hasta aquí lo que se corresponde con los combustibles ecológicos líquidos. Pero también los hay sólidos. A éstos últimos se les denomina biomasa, y se producen también a partir de residuos vegetales sólidos que se usan para combustionar en grandes centrales productoras de electricidad, en calderas domésticas de biomasa o en estufas.

Dentro de estos, existen diferentes tipos de residuos. Algunos fabricantes de calderas se están especializando en la construcción de calderas destinadas a un tipo concreto de residuo, como por ejemplo la poda de las vides o del olivar, aunque estos combustibles son absolutamente minoritarios. La ventaja que ofrecen es que revalorizan un residuo agrícola y fomentan el desarrollo económico en el campo.

Los combustibles de biomasa son considerados ecológicos y renovables porque, aunque emiten CO2, éste es el mismo que tenía la planta, de forma que las emisiones son neutras. Y son renovables porque, utilizados de forma sostenible, son inagotables.

Los más comunes son: la leña y los pellets. Los pellets son unas capsulitas parecidas a las de los antibióticos y de un tamaño similar. Se fabrican a base de residuos de biomasa y se les tritura y da un tratamiento especial para aprovecharlos mejor durante la combustión. También se comprimen, por lo que resulta más económico transportarlos. Su origen está en Centroeuropa, pero cada vez son más utilizados en España.

Otras opciones de combustible ecológico basado en la biomasa son: cáscaras de frutos secos (especialmente almendra y avellanas), orujillo, astillas.